La diabetes es uno de los problemas de salud de mayor importancia en el mundo por su frecuencia y por las repercusiones que produce en el individuo y su familia.
Es una patología que surge al producirse un mal funcionamiento del páncreas, lo que se traduce en una baja o nula producción de Insulina. Esto ocasiona que el organismo sea incapaz de usar y almacenar apropiadamente la glucosa -fundamental para el funcionamiento celular- y eso a su vez altera el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas del organismo.
Sin tratamiento adecuado, produce lesiones en el organismo que pueden derivar en ceguera, amputación de miembros inferiores, insuficiencia renal, e infartos, entre otras consecuencias.
Se calcula que en el mundo existen más de 180 millones de personas con diabetes y, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2030 se superará la cifra de 30 millones de diabéticos en América Latina y el Caribe. Particularmente en Argentina, el informe de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) del año 2010 ha mostrado un claro aumento en la cantidad de personas con diabetes, sedentarismo y obesidad.
Se considera que existen diferentes tipos de diabetes: Tipo 1 (insulino-dependiente), diagnosticada por lo general en niños y personas menores de 30 años; Tipo 2 (NO insulino-dependiente), diagnosticada en personas mayores y asociada a baja producción de insulina o insulino resistencia; Gestacional, que aparece durante el embarazo.
En la diabetes tipo 1 -que es la menos frecuente- la incidencia en la población infantil es de 6 a 10 casos en 100 mil niños.
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