De un intenso color amarillo, la cúrcuma es una especia que está cada vez más de moda. Se trata de una planta herbácea originaria de la India, China y Oriente Medio que, en pequeñas dosis, actúa como colorante y que, en mayor cantidad aporta un toque fresco, amargo y ligeramente picante ideal para arroces, pescados y guisos de carne.
Esta especia, es uno de los componentes del conocido curry y un excelente aliado para la salud, contribuyendo a paliar distintas patologías, gracias a su principio activo: la curcumina. Entre sus principales propiedades terapéuticas está la de ser un potente inhibidor de enzimas relacionadas con la inflamación, de manera que nos puede ser útil en cualquier problema de articulaciones y también en enfermedades intestinales como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
La curcumina actúa como antioxidante y, por ello, está indicada para enfermedades degenerativas como la arterosclerosis, las cataratas o el alzhéimer.
También son beneficiosas sus propiedades para las enfermedades inmunológicas. Para la piel, puede ayudar a la cicatrización y a cualquier proceso de reparación tisular, favoreciendo el combate de trastornos como la psoriasis, el eczema o la rosácea.
Presenta, igualmente una actividad hepatoprotectora, pudiendo disminuir algunos de los marcadores que dañan el hígado. A este respecto, posee actividad colerética, que aumenta la producción de bilis y, en consecuencia, favorece la digestión. También cabe mencionar su efecto antiespasmódico.
En definitiva, esta especia que está tan de moda, no es solo es excelente para sazonar distintas comidas sino que también es muy beneficiosa para la salud.
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