La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó un plan de acción global para promover la actividad física, con el que aspira a reducir en un 15% el sedentarismo en adultos y adolescentes hasta 2030.
Las niñas, las mujeres, los adultos mayores, los pobres, las personas con discapacidades y enfermedades crónicas, las poblaciones marginadas y los pueblos indígenas tienen menos oportunidades de mantenerse activos.
El plan de acción de la OMS incluye veinte recomendaciones que responden a cuatro objetivos estratégicos: crear sociedades activas, entornos activos, personas activas y sistemas activos. Dedicar más tiempo a caminar o ir en bicicleta, practicar deporte o un ocio creativo, bailar o jugar.
La práctica de actividad física ayuda a prevenir y tratar enfermedades no transmisibles como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes o los cánceres de mama y colon. Estas enfermedades son responsables del 71 % de los fallecimientos en el mundo y provocan cada año 15 millones de víctimas mortales de entre 30 y 70 años, según datos de la OMS.
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