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Ovodonación, otra forma de donar vida

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El 30 de mayo se conmemora en Argentina el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos. Una oportunidad ideal para concientizar y reflexionar sobre otras maneras de ayudar a dar vida.

La ovodonación o donación de óvulos se refiere a la técnica de reproducción asistida que utiliza óvulos de una donante para ayudar a que otra persona pueda tener un hijo. En este proceso, los óvulos donados son fertilizados con los espermatozoides de la pareja receptora o de banco de semen, según el caso, para lograr el embrión que será transferido al útero de la receptora.
En nuestra institución la ovodonación constituye el 22% de los procedimientos de fertilización asistida de alta complejidad que realizamos.

En Argentina la donación es anónima, sin embargo, esta no es una característica universal, existen países como Australia, Reino Unido y Canadá donde no lo es.

Para que una mujer pueda convertirse en donante debe tener de preferencia algún hijo y no más de 32 años. Se le realiza una primera entrevista donde se confecciona la historia clínica y se evalúa la reserva ovárica por medio de una ecografía de los ovarios. Luego tiene una consulta con la genetista, quien realiza el árbol genealógico para evaluar antecedentes familiares y le solicita estudios genéticos para confirmar la normalidad de la constitución de sus cromosomas y descartar mutaciones de algún gen de la fibrosis quística.

Por otra parte, se realizan estudios de rutina de laboratorio, hormonales e infectológicos, así como un control ginecológico.

La evaluación psicológica determina si puede ser incluida en el programa. Entre los requisitos se evalúa que no exista algún trastorno psicológico en curso, se excluye expresamente el Trastorno Límite de la Personalidad, los duelos actuales, las adicciones, antecedentes psiquiátricos familiares, abuso sexual en la infancia, antecedentes criminales, promiscuidad sexual, falta de veracidad en el testimonio y deterioro cognitivo, entre otros.

Se busca que la postulante refiera motivaciones claras y acordes a la donación, dar cuenta de un estilo de vida ordenado y sin antecedentes psiquiátricos propios ni familiares. Las mujeres que no cumplen con estos requisitos se descartan, definitiva o transitoriamente, según el criterio que lo motive.

Las donantes de óvulos, así como los de semen, tienen en claro que colaboran con su donación a lograr el éxito de un tratamiento, que aportan una célula y no más -ni menos- que eso.

Una vez finalizados los estudios en forma satisfactoria se considera apta para ingresar al programa de ovodonación. Se completa una planilla donde constan todas las características físicas, que es la misma que van a completar las mujeres que recibirán los óvulos donados, para que concuerden las características físicas.

El tratamiento consiste en estimular los ovarios con medicación hormonal inyectable, realizándose controles ecográficos para evaluar el crecimiento de los folículos donde madurarán los óvulos. Una vez que los folículos llegan al tamaño preovulatorio, en general alrededor del día 13 del ciclo, se programa la aspiración folicular para obtener los óvulos, que serán donados.

La donante de óvulos firma un consentimiento informado donde se aclara que la donación no acelera la llegada de la menopausia, no afecta la fertilidad futura y que el riesgo de complicaciones producto del procedimiento son mínimas.

Además, recibe el beneficio de los estudios realizados, una actualización de su control ginecológico y una compensación por las molestias ocasionadas y el tiempo invertido.

En tanto, las receptoras son mujeres que presentan una falla ovárica, o alteraciones genéticas y que deciden intentar lograr el embarazo con óvulos donados. También puede formar parte del tratamiento de subrogación de vientre cuando la mujer de una pareja heterosexual presenta una falla ovárica o en el caso de las parejas de hombres, donde el tratamiento, obviamente, debe ser con óvulos donados.

Desde lo psicológico, se trabaja en determinar el grado de desajuste emocional que ha dado lugar el tratamiento médico, se indica psicoterapia de ser pertinente, y se trabaja las motivaciones, dudas, fantasías y temores relativas al tratamiento y a la donación en particular. La recepción de gametas donadas implica una renuncia desde lo subjetivo de cada paciente, lo cual constituye un nuevo duelo que conlleva cierto tiempo de elaboración.

Una de las mayores preocupaciones de los padres es si el hijo se les parecerá físicamente dado que no va a llevar sus genes. El aporte oportuno de información calificada es un importante recurso a utilizar en vistas a reducir el desarrollo ansiógeno que convocan los tratamientos de fertilidad.

Otro mojón fundamental en el trabajo con familias receptoras es la orientación a padres receptores de cómo transmitir la verdad genética al niño. Este punto es fundamental en la agenda de los profesionales dado que el derecho a la identidad es un derecho, inclusive constitucional, del niño.

Las mujeres llegan cada vez más tarde a su primer hijo, por lo que la demanda de este tipo de prácticas es cada vez mayor. En el día de la donación de órganos, es importante informar sobre la creciente necesidad de donantes para lograr que más mujeres exploren la posibilidad de hacerlo. Donar óvulos es dar la oportunidad para que otros puedan tener un hijo.

Dr. Sergio Pasqualini (*) y Lic. Patricia Martinez (**)

(*) Director científico de Halitus Instituto Médico.
(**) Psicóloga de Halitus Instituto Médico.

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