
Este proyecto fue creado por el Laboratorio de Fluidodinámica (LFD) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires en el marco de la pandemia de coronavirus y se denominó Ampliación de la Capacidad del Respirador Artificial (ACRA). El objetivo es ampliar las capacidades de los respiradores mecánicos y permitir la ventilación simultánea de dos pacientes.
Pablo Otero, a cargo de la Cátedra de Anestesiología y Algiología dijo: «Lo más relevante de esta iniciativa fue ver cómo, grupos de estudio inicialmente inconexos, abocados a temáticas distantes de la pandemia, de un día para el otro mancomunaron los esfuerzos para que hoy la innovación pueda ser evaluada y validada por las agencias reguladoras y los médicos responsables del cuidado de los pacientes».
En seis semanas, el equipo de trabajo logró concluir con las tres fases que habían planificado: el diseño, la operatividad y la compatibilidad del dispositivo. Luego, los ensayos que fueron efectuados en complejos simuladores capaces de reproducir diferentes patologías y finalmente los ensayos biológicos que sumaron toda la complejidad a la que deberá ser expuesto el dispositivo de tener que emplearse.
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