Hay un consenso y preocupación en la sociedad médica argentina, que va más allá del debate por el consumo en mayor o menor medida de la sal. Y apunta al preocupante aumento que se registra cada año de la Hipertensión Arterial (HTA) en la Argentina.
Hoy, en el Día Mundial de la Hipertersión Arterial y según indican los resultados del último estudio RENATA II (Registro Nacional de Hipertensión Arterial), la prevalencia en el país es de 36,7% de la población. Esto equivale a decir que uno de cada tres argentinos es hipertenso.
Además, dentro de ese porcentaje, el 38,8% desconoce su situación de salud y de los que si lo saben, solo el 24, 2% están controlados por un especialista. La prevalencia de HTA aumenta con la edad, llegando a cerca de 70% entre los mayores de 65 años.
¿Y por qué esto es preocupante?
«Es indispensable la toma de conciencia acerca de esta enfermedad de gran impacto en la población, que como factor de riesgo cardiovascular presenta una importante incidencia ya que aumenta la probabilidad de desarrollar desde un infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, hasta la muerte súbita», explicó a Infobae el doctor Ricardo Rey, médico cardiólogo y vicepresidente de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
«La hipertensión arterial es una enfermedad de la pared de las arterias que se caracteriza por cambios estructurales que las llevan a endurecerse y disminuir su luz. En el país, este mal duplica el riesgo de padecer infarto de miocardio en los hombres y lo triplica en las mujeres, según lo han demostrado estudios epidemiológicos como el FRICAS (Factores de Riesgo Coronario en América del Sur)», añadió Rey.
Ramiro Sánchez, jefe del Servicio de Hipertensión, Diabetes y Lípidos del Hospital Favaloro precisó que «es muy importante aumentar las tasas de control de la hipertensión arterial en Argentina y Latinoamérica porque su reducción disminuye significativamente la incidencia de un accidente cerebrovascular (ACV) en un 36%, insuficiencia cardiaca (IC) en un 38%, eventos coronarios en un 20%, mortalidad cardiovascular en un 16% y la mortalidad por cualquier causa en un 10%».
Y agregó: «Los hábitos saludables, como una buena alimentación, la realización de actividad física, mantener un peso saludable y el control médico adecuado, no sólo evitan complicaciones a largo plazo, sino que ayudan a prevenirla».
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