El fallo del juez federal – Javier Pico Terrero – hizo lugar a una cautelar que obligó al Sanatorio Otamendi y Miroli a administrar el uso del ibuprofenato de sodio a través de nebulizaciones y de dióxido de cloro mediante vía intravenosa a un paciente en estado grave de coronavirus, prescripto por un médico particular. El paciente falleció a las 24 horas.
Este producto, no sólo no cuenta con el aval de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) como terapia contra el virus, sino que está prohibido desde hace unos años por sus efectos adversos.
«La OMS y la OPS advertían sobre los riesgos que pueden ser leves y moderados como diarrea, vómitos y fiebre hasta severos como poner en riesgo el sistema cardiovascular, respiratorio y renal», explicó el presidente del Comité de Bioética de la Fundación Huésped y asesor del Ministerio de Salud, Ignacio Maglio.
En tanto, desde el Sanatorio Otamendi confirmaron que se apeló el fallo del juez.
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