El origen data del año 1953, cuando el profesor e infectólogo argentino Remo Bergoglio propuso la celebración en esta fecha en homenaje al ilustre doctor Carlos Juan Finlay y Barrés, nacido el 3 de diciembre de 1833.
Desde ese momento, cada 3 de diciembre es el día reservado para homenajear a aquellos que dedican su vida a salvar las de otros, comenzó en la Argentina, pero que con el paso del tiempo se extendió a toda Latinoamérica.
Finlay, también conocido como «hombre mosquito«, se destacó en el ámbito científico y de la medicina por descubrir que la hembra de la especie de mosquito ‘Aedes aegypti‘ es el mecanismo de transmisión de la fiebre amarilla.
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