Se llama disfagia orofaríngea, es un síndrome bastante frecuente que afecta a la calidad de vida y provoca dificultad para tragar. Su prevalencia es mayor con la edad, aunque también podría traducirse en problemas de nutrición.
Según los resultados preliminares de un estudio apoyado por Nutricia en el Hospital de Mataró, el centro sociosanitario Hospital de St. Jaume i Sta. Magdalena y el Hotel Atenea (España), el 53,1% de los pacientes hospitalizados con COVID-19 presentan disfagia orofaríngea (dificultades al tragar) cuando son ingresados.
Uno de los síntomas en la fase inicial de los pacientes con coronavirus (focalidades neurológicas) ha sido la pérdida del gusto y del olfato, que ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El doctor Pere Clavé (director de Investigación del Hospital de Mataró, Consorci Sanitari del Maresme – Barcelona – y presidente Fundador de la Sociedad Europea de Trastornos de Deglución), considera que si se pierde la capacidad para saborear la comida también puede «perderse la capacidad de controlar bien los mecanismos de deglución».
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