En una conferencia de prensa brindada para informar sobre el trabajo conjunto entre la Ciudad y la Provincia, ambos jefes de gobierno expresaron que «estamos mucho más optimistas de lo que fue el año pasado» en referencia a estas enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti.
Luego del informe, Larreta resaltó que «en nuestro contacto con los vecinos hemos visto también una mayor conciencia de los vecinos sobre la importancia del descacharrado, de no almacenar agua, de utilizar repelentes».
Por su parte, Vidal dijo que «en este tema lo importante es que empezamos a trabajar en invierno cuando nadie hablaba de dengue, ni de zika, ni de chikungunya” y coincidió con Rodríguez Larreta en que «el trabajo conjunto va a permitir y está permitiendo mejores resultados».
En el mismo sentido, la ministra de Salud bonaerense Zulma Ortiz sostuvo que «la campaña de invierno en la provincia de Buenos Aires no existía. Lo que nosotros hicimos fue instalar este concepto que es que hay que evitar la proliferación del mosquito que, en última instancia, es el que va a determinar que haya más o menos de estas enfermedades».
«Junto al descacharrado lo que se busca es la movilización social, es decir, más gente que trabaje en función de evitar que el mosquito se reproduzca y para eso hemos trabajado mucho en las escuelas para educar e incorporar prácticas de cuidado», señaló Ortiz.
Otro indicador que genera optimismo a las autoridades porteñas y bonaerenses es que, según explicó la ministra, «el ciclo epidémico que tiene el dengue es de tres a cinco años, si se tiene en cuenta que el principio de la epidemia fue en 2009, el comportamiento para este año debería ser diferente, o sea menor, al de veranos anteriores».
En términos concretos, la Ministra de Salud capitalina, Ana María Bou Pérez, describió que «la articulación entre ambas jurisdicciones consiste, en primer lugar, en conocer los planes que desarrolla cada una y buscar los puntos en común».
Y continuó: «Otro eje central es estar alerta con el sistema de vigilancia que consiste en que los casos que se detecten a uno y otro lado de la General Paz van a ser informados para que se realice el tratamiento del paciente y las acciones que correspondan en su vivienda y en su barrio».
En referencia a los repelentes, la funcionaria porteña indicó que «en la Ciudad de Buenos Aires vamos a entregar repelentes a los pacientes que se asistan para evitar que la persona sea picada y de esa manera siga propagando la enfermedad».
En tanto, la ministra de Provincia recordó que «existe una política nacional de incorporar los repelentes a los precios cuidados y en referencia a las poblaciones más vulnerables, como las embarazadas y los bebés, vamos a garantizar la entrega gratuita de repelentes».
Durante la conferencia de prensa, Larreta y Vidal informaron además que se va a trabajar puntualmente en la Cuenca Mataza Riachuelo, por lo que también estuvo presente en la mesa de trabajo previa al encuentro con la prensa, la diputada nacional del PRO, Gladys González, quien asumirá como la nueva directora de ACUMAR, el organismo público encargado del saneamiento de la cuenca.
Argentina atravesó a principios de 2016 la epidemia de dengue más grande de su historia, con 41.207 casos «confirmados o probables autóctonos» contra 26.644 de 2009, cuando comenzó.
Transmitidas por el mismo mosquito vector, el Aedes aegypti, el dengue, el zika y la fiebre chikungunya son enfermedades infecciosas que causan síntomas gripales y cuadros febriles.
En el caso del dengue, del que se conocen cuatro serotipos -DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4-, en ocasiones evoluciona hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal, llamado «dengue grave o hemorrágico», mientras que en el caso del zika, que también puede traer síntomas como conjuntivitis, es posible la transmisión sexual «y se están investigando otros modos de contagio, como las transfusiones de sangre», precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Asimismo, hay un consenso científico sobre la relación causal entre el virus de zika y la microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré, al tiempo que continúan las investigaciones sobre su relación con otras complicaciones neurológicas.
En el caso de la fiebre chikungunya, de la que se registraron durante la primera mitad del año pasado 329 casos en Salta y nueve en Jujuy, mientras que a partir de mayo no hubo nuevos casos autóctonos, el cuadro puede presentar además erupciones cutáneas, aunque suele confundirse con el dengue por la similitud de los síntomas.
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