El Ministerio de Salud de la Nación, a través del Departamento de Salud Ambiental de la Dirección Nacional de Determinantes de la Salud e Investigación, realizó una jornada de presentación de las directrices nacionales para la gestión de residuos en establecimientos de atención de la salud, aprobadas mediante la Resolución Ministerial 134/2016 en febrero del corriente año.
Durante el encuentro, el director nacional de Determinantes de la Salud e Investigación, Ernesto De Titto, explicó cómo fue la evolución de la gestión de los residuos patogénicos en la Argentina e indicó que «fue una responsabilidad que el Ministerio de Salud tomó mucho antes de que el país en general lo tomara como un tema», a fines de la década del ’80.
«Hasta el año 1992, cuando se reglamentó la ley 24.051 de Residuos Peligrosos, en Argentina no había formalmente residuos de ese tipo», señaló De Titto.
Luego de hacer mención al establecimiento de las «Normas técnicas para el manejo de residuos biopatogénicos» (1994), la «Guía para la eliminación de residuos patológicos sólidos generados en los establecimientos de salud» (1998) y las «Normas de prevención y control de la infección hospitalaria» (1999), De Titto comentó que hasta el año 2003 se llevaron a cabo proyectos de actualización de dichas normas, que reconocían algunas tecnologías pero dejaban afuera a otras, por lo cual era necesario adecuarlas a la realidad.
Sin embargo, para el director nacional de Determinantes de la Salud e Investigación, el momento clave fue a partir de 2003, cuando se desarrolló el proyecto «Demostración y promoción de las mejores técnicas y prácticas para la reducción de desechos generados por la atención de la salud a fin de prevenir emisiones de dioxinas y mercurio al medioambiente», ejecutado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Argentina, India, Letonia, Líbano, Filipinas, Senegal, Tanzania y Vietnam. Según De Titto, ese proyecto «nos permitió desarrollar herramientas que son ahora nuestro caballito de batalla en cuanto a lo que podemos ofrecer y lo que le puede servir a toda la región».
La generación de residuos es una consecuencia directa de cualquier actividad desarrollada por el hombre y la falta de una adecuada gestión de los mismos desencadena impactos sobre la salud ambiental y humana. La contaminación del suelo, de las aguas superficiales y subterráneas y de la atmósfera a partir de vertidos y de emisiones son resultados directos de la inadecuada administración de los residuos.
En Argentina, sólo el 40% de los residuos urbanos son dispuestos sanitariamente, mientras que el resto cuenta con insuficiente manejo, disponiéndose en algunas ocasiones residuos domiciliarios junto con residuos industriales y provenientes de la atención de la salud. Sin embargo, a la hora de querer disminuir los impactos negativos, no es suficiente con mejorar la recolección y disposición final de los residuos: es necesaria una gestión integral que conduzca a la minimización de su generación, aplicando el concepto de las «3R» (reducir, reutilizar y reciclar).
Los Establecimientos de Atención de la Salud (EAS), en todos sus niveles de complejidad y especialidad, tienen la responsabilidad de proteger el ambiente, la salud de sus trabajadores, pacientes y público concurrente a los mismos. Parte de esa responsabilidad reside en promover una gestión integral de los residuos que generan, que contemple minimizar la cantidad y peligrosidad de los mismos. Un adecuado manejo interno, transporte, tratamiento y disposición final de los residuos constituye uno de los componentes de la calidad de la prestación de los EAS.
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