La ley nacional prohíbe el autocultivo y sólo autoriza la producción estatal en Jujuy, pero localidades como Goya (Corrientes) o Río Grande (Tierra del fuego), recientemente dieron por aprobados proyectos locales para crear sus plantaciones y mejorar el acceso de los pacientes con diversas patologías.
La prohibición del autocultivo de cannabis fomenta el mercado negro, sobre todo para aquellos pacientes que no padecen epilepsia refractaria, la única patología contemplada en la norma.
Pese a la prohibición, cada vez hay más distritos que se atreven a desafiar la ley nacional aprobar sus propias leyes. En el caso de Goya pretenden cultivar el cannabis para desarrollar el aceite medicinal de cannabis, comenzando con la plantación experimental en la zona.
En Río Grande, el Concejo Deliberante de la municipalidad fueguina aprobó la semana pasada la creación de un banco de cultivo para tratamientos científicos y médicos. La norma establece un Programa Municipal para el estudio, la investigación y el tratamiento del uso medicinal de la planta de Cannabis y sus derivados.
Otro proyecto que pisa fuerte es el que viene desarrollando el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en la zona del Alto Valle de Río Negro . Se trata del primer proyecto enteramente público para cultivar marihuana en terrenos del Estado, con el fin de desarrollar y conocer mejor las capacidades de la planta, sus aplicaciones y de abastecer a los usuarios medicinales de la zona.
El único proyecto autorizado hasta el momento, el de la provincia de Jujuy, ya está en marcha y prevé la producción de unas 15 mil plantas. La iniciativa también recibe críticas por tratarse de un proyecto estatal con una empresa privada, que lucrará con las necesidades de miles de pacientes mientras sigue prohibiendo el autocultivo y hace oídos sordos a la voz popular.
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