Un tribunal oral absolvió a un médico del PAMI que atendió a una octogenaria por un dolor en el pecho, le diagnosticó una «contractura», pero horas después murió por un «infarto masivo» después de que su propia hija la llevara al hospital de Clínicas.
El tribunal oral número 24, conformado de manera unipersonal por el juez Raúl Llanos, absolvió al médico Germán Paulo Dombrosqui Luparia «al menos por aplicación del principio de la duda en favor del imputado, como necesaria derivación del principio constitucional de inocencia».
El facultativo llegó a juicio acusado por «haber actuado de modo negligente con fecha 18 de julio de 2011, entre las 15.20 y 16.04 horas, violando los deberes objetivos de cuidado cuya observancia le incumbía en su carácter de médico, en momentos que se encontraba a cargo de la ambulancia UCM2 del PAMI, al examinar a Rosa Rivero (de 86 años) en su domicilio, lo que derivó o contribuyó en el deceso de la nombrada Rivero».
El médico fue convocado por «código rojo”, una situación de riesgo de muerte, pero «luego de escuchar a la paciente sobre sus dolencias que presentaba (dolor en su hombro y brazo izquierdo, en la espalda y en el pecho a la altura del esternón), tomarle el pulso y auscultar su espalda, le diagnosticó a la víctima una contractura muscular, aplicándole en consecuencia un relajante, a la vez que le recomendó que si continuaba con dolores en el pecho se comunicara nuevamente con el PAMI».
La hija de la víctima «requirió nuevamente, a las 20 y a las 23.55 horas, asistencia médica al PAMI, pero no se hizo presente ninguna ambulancia», por lo cual resolvió ella misma llevar a su madre, «cerca de las 3.30, al Hospital de Clínicas. Allí y luego de un control, se decidió a la derivación de Rosa al Servicio de Unidad Coronaria, donde ingresó aparentemente con un infarto de gravedad y se le inició un tratamiento».
«Pero debido al cuadro que presentaba hubo escasa respuesta al mismo, para desencadenar en un paro cardíaco entre las 6.50 y 7.00 horas, por lo que se le practicaron maniobras de reanimación cardio-pulmonar avanzadas, sin obtener tampoco respuesta a las mismas, y falleció ese día a las 7.30 horas», resume el fallo.
La hija de la octogenaria contó: «La llevaron al 10° piso donde está cardiología. Salió el médico que estaba a cargo de la sala y dijo que tenía un coágulo muy grande en la arteria, que era imposible de resolver, que posiblemente no iba a sobrevivir al tratamiento. Fue un shock; me habían indicado antes una contractura y en el Hospital me dicen que era un infarto y que el corazón le estalló».
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